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Aprendiendo de la enseñanza

EL MAESTRO JESÚS. Una reflexión no religiosa

EL MAESTRO JESÚS. Una reflexión no religiosa

Como muchos ya sabrán, el día 21 de octubre me ingresaron en el Hospital Universitario de Guadalajara aquejado de un neumotórax espontáneo, por lo visto lo más normal del mundo en chicos altos, delgados, fumadores y jóvenes (y yo añado guapo que así uno se sube la autoestima).

 

Fueron 10 días relativamente duros en el sentido de estar tumbado en una cama, con un tubo metido por el pecho y este a su vez enchufado a una especie de maleta con un líquido azul y a su vez enchufado a un aparato que iba absorbiendo todo el aire que tenía entre el pulmón y lo que recubre el pulmón, y que hizo que mi pulmón izquierdo estuviera 3 ó 4 dedos más abajo que el derecho. Pero no quiero hablar de mi problema o de la transición vital agobiadora por la que estoy pasando, porque de pensar en aquello me duele todo el pecho (literalmente hablando)…

 

Quería hablar de una persona que me dio una lección, fue mi compañero de habitación. Se llamaba Jesús, es un señor de unos 57 años el cual llevaba dos meses en el hospital por culpa de un toro. Sí, sí como lo leéis, un toro le pilló cuando se escapó y que mala suerte que el bueno de Jesús estaba en su camino cuando venía de desayunar con su hermano. ¿Qué pasó? Pues que le arrastró colgado de su cuerno a lo largo de 50 metros. Consecuencias: contusiones en la cabeza, intestinos fuera del cuerpo y no sé cuantos puntos, pero la herida (y yo veía cuando se las curaban) eran morrocotudas.

 

Cuando entre en aquella horrible y diminuta habitación 616 (yo sólo) y le pregunté que le pasaba y me lo contó dije “este tiene para dos meses más”, porque no se movía nada de nada de la cama.

 

Pues en cuestión de dos días de estar con él en la habitación se puso en pie, y al día siguiente andaba, llegó hasta tal punto que simplemente conviví con él 5 días.

 

El viernes que le dieron el alta emocionado tumbado en la cama solamente pudo darme la mano para que le consolara su alegría, quería irse a su pueblo a andar, a recuperar el tiempo perdido, reponerse, ser feliz, porque Jesús volvió a nacer. Que curioso como las personas cambiamos de un día para otro, mejor dicho como nos cambian las experiencias y posiblemente Jesús no fuera consciente de ese cambio que se estaba produciendo. A lo largo de esa semana, según evolucionaba favorablemente iba cambiando su fuerte carácter distante, su gesto de la cara, su trato hacia mí. Los primeros días se mostraba distante, serio, tozudo, inconforme,… pero según pasaba las semanas se mostraba más cercano, hasta me llamaba “tío” y opinábamos de las chicas que me visitaban. Hasta me cogió de la mano cuando el neumotórax se me repitió por primera vez, un día antes de la graduación.

 

Por eso solamente puedo decir mi querido amigo Jesús, que muchas gracias por todo, por enseñarme que la vida hay que tomársela con calma, disfrutarla un poquitín más…

 

Un saludo,

 

Benja

7 comentarios

gab -

www.mensajescristianos.es.tl

claudia -

me alegro que te encuentres bien,saludos desde mexico

Ángeles M. -

Hola Benja:
Me encanta que seas tan resilente, seguro que te desquitas de todos los malos momentos en estas fiestas, en las que apreciarás mucho más cada no de los momentos que pases con tu familia y amigos. Nos vemos prontito, espero. Pero por si las moscas.
Felizzzzzz Navidad

Laura -

Hola Benja, digo... hola Transition Man, ;-)
Gracias por lo que has escrito en la postdata de tu comentario en el blog de Alejandro :-)
Si es que tengo alejandritis seguro, jajaja
Ciao

Susana -

Es impresionante descubrir cómo cada uno de nosotros tiene sus propias experiencias de vida desde las cuales construye su propoio yo, su imagen, lo que quiere ser o lo que no... y por desgracia cuando uno toma parte en una experiencia vital tan intensa como ha sido la tuya, no sólo altera tu propia conciencia Benja, sino que también tranforma la de aquellos que te rodean, como en el caso de Jesús, seguro que con el de tus padres y por supuesto la nuestra propia, la de tus amigos.

Ahora yo te propongo ¿por qué no vuelves a leer lo que TU MISMO has escrito? Creo que después de verte el jueves, te vendría bien pararte de nuevo y ver qué está sucediendo.

Las cosas en realidad tienen la importancia justa ni más ni menos.

Besos
SUSANA

P.D. espero que no opinasies de las chicas que llamaban tanto por teléfono...jejejeje

Anónimo -

Pero la foto que has puesto, desentona con lo dicho.

¿No tenías una en la que estuvieses más resultón?

Me alegro de tu mejoría. Por cierto, ¿No se te ha ocurrido mandar tu escrito a Jesús?

Un abrazo.
Loli

No había visto la foto gigante que hay al final.

Laura -

Hola Benja
Me alegro de que estés ya bien.
Muy bueno lo del primer paréntesis, di que sí :-D