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Aprendiendo de la enseñanza

Narciso

Narciso

 

 

Me gusto. Me siento a gusto conmigo mismo. Me miro al espejo y me veo bien, no estoy tan mal o eso pienso yo, que al fin y al cabo es lo importante, porque según uno se ve así se proyecta a los demás. A no ser que seas de pena, claro.

 

Me gusta mirarme al espejo, estudiarme la cara, el pelo (últimamente me descubro alguna que otra cana, lo cual me alegra), las orejas, las ojeras, las arrugas que se forman alrededor de mis ojos, las que nacen desde la nariz y enmarcan la boca. Son leves, pero supongo que con los años se irán marcando más. Y no es algo que espere, sino es algo que quiero que suceda, quiero arrugarme, quiero tener el pelo blanco (no perderlo), como mi padre. Porque eso es señal de que he vivido, que he sonreído, que he sufrido, he llorado de alegría y de tristeza. Pero hay algo que no debe perderse y es la esencia de uno mismo, no dejar de ser uno mismo, mirarse todos los días al espejo y saber quien eres, de donde vienes, plantearte por donde puedes ir, a quien tienes a tu alrededor. Ver como cambias con los años, compara fotos, me encanta ver fotos, comparar la evolución física, lo que transmite la cara, los ojos y ver la evolución interna que se proyecta a través de ella. Ver como me hago mayor o mejor dicho como voy viviendo. No me importan las arrugas, ya lo he dicho. Mi primo Alberto, que vive de la cosmética y de la imagen de los demás, al fin y al cabo,  siempre me dice que debo echarme una crema para las ojeras y los contornos de los ojos, que debo echarme un exfoliante y una hidratante para quitar los poros negros y evitar los posibles granos, que debo echarme un anti-estrías porque engordé y podían salirme,… ¿Para que ocultar la vida? Mi vida…

 

Me gusta mirarme al espejo y estudiar mis expresiones, soy un actor aficionado, me gusta estudiarme para cuando hago teatro saber como reaccionar ante el texto o ante la improvisación. Pero igual que me miro yo, miro a los demás. La verdad es que adopto gestos y expresiones de la gente con la que paso mucho tiempo… hasta la forma de hablar… durante muchas veces he perdido mi “acento” talaverano, aunque es curioso que últimamente lo estoy recuperando y eso me encanta, porque son mis raíces, es mi familia, mis amigos de la infancia y la adolescencia (si es que la he superado), en definitiva soy yo.

 

Me gusta mirarme al espejo y reafirmarme en lo que soy. He vivido siempre pendiente de que no dijeran o que dejaran de decir. Siempre me ha preocupado el que dirán en el pueblo si hago, si pongo o si dejo de decir, de poner, de hacer,… Es curioso, porque en el famoso pueblo de “Cuéntame” procuro ser muy discreto, como en la mayoría de las cosas que hago, de hecho hay comidas con gente (no la de sorpresa de ayer) en las que permanezco callado, porque prefiero estar callado, aprender, observar, escuchar a los demás a abrir mi boca, ¿por si meto la pata? Bueno, me aprendí muy bien eso que siempre me recuerda mi padre “hombre prevenido vale por dos”, pues debe ser que yo procuro valer por cuatro. Vuelvo al pueblo de “Cuéntame”, y sigo mirando a un lado y a otro cada vez que salgo, sigo después de 3 años y medio saliendo a la calle con música para no escuchar a los demás, sigo caminando con la cabeza agachada, sigo deseando poder volverme invisible, sigo queriendo ser yo, pero sin que los “no importantes” me vean. He descubierto que la gente no me conoce, que hay gente que no le preocupa quien soy, sino que hago  cuando estoy fuera de allí, con quien voy que ellos no conocen, a quien meto en mi casa o en mi cama cuando nadie me ve, a qué me dedico, de hecho hay gente que piensa que sigo viviendo de mis padres, que no he terminado la carrera y que no trabajo ni he trabajado nunca… Piensan tantas cosas, pero todos los días me gusta mirarme al espejo y seguir conociendome y descubriéndome.

 

Por supuesto, hay días que me caeré al agua, como le pasó a Narciso cuando vio su reflejo en el agua y quiso tocarse. A ti, mi querida amiga Kata, sí soy un pequeño Narciso, y me encanta.

11 comentarios

Supra Skytop -

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Gloria -

Narcisos...

todos lo somos en cierta medida: cuando nos miramos en espejos y nos gustamos, pero quizá también cuando no nos gustamos tanto pero seguimos mirándonos; cuando aunque las cosas no vayan bien, buscamos insistentemente, en lo más negro de nuestras pupilas, algo que nos tire hacia arriba.

Esa gente que no te conoce, y ante la cual te gustaría pasar desapercibido (volverte invisible, dices), esa cabeza gacha y esa música (¿he aquí otro ejemplo de las “bandas sonoras” de tu vida...? : ) ) en la que te sumes, esos silencios elegidos... me pregunto si esconden la otra cara de Narciso, me pregunto si forman parte de otro Narciso, pero me pregunto, sobre todo, si no será que es el espejo el que es otro, uno borroso y resquebrajado que ofrece una imagen distorsionada...

Como a Carmenchu, también me has hecho reír, jajaja: “¡El Benja (diría que no sólo el prevenido) vale por cuatro!”.

Gracias por escribir esto, me ha encantado.

Un abrazo.

Anónim@ -

Hola Benja!

Es cierto, lo que has escrito es bastante personal, pero a mi me ha gustado, y eso que yo tengo alguna arruga más por tu culpa, eh...pero de lo que me haces reir...

También leerte me ayuda a conocerte un poco más. ¡Qué de cosas puedo aprender de ti!¡Cuánto tengo que aprender de ti!mejor dicho,¡Cuánto quiero aprender de ti!

Besos

Carmenchu -

Hola:

Vine a reírme de nuevo y a añadir algo de Bionergética:

CONOCERNOS Y ACEPTARNOS

¿Somos capaces de ignorar los modelos sociales que nos impone la mercadotecnia?

Tanto a nivel físico como a nivel psicológico? Es el primer gran paso, dejar de pensar en ser otro, el que sea, para ver qué somos, cómo latimos. Qué nos provoca deseos, qué travesuras son las preferidas, qué nos hace sudar y qué nos hace poner en movimiento nuestros apetitos?
Y es un gran reto, porqué? Porque hay un férreo diseño de modelos.

Desde el trabajo: las empresas ofrecen empleo a jóvenes esbeltos y caucásicos, al menos los mejores sueldos.

En especial las mujeres, deben ser altas, de preferencia, rubias y delgadas. Y menores de treinta años. Los mayores, hombre y mujeres, y si además son gordos, están destinados al olvido o la mendicidad.

Salvo, que un excelente equilibrio de la persona genere una energía desbordante que altere los cánones de esta discriminatoria selección modélica.

Esto significa, en consecuencia, desnudarse, pararse frente al espejo, y no criticarnos, no decir ni que gorda estoy, ni qué caderas, o ya me salió abdomen de padre de tres hijos.

Significa desnudarse y observarse detenidamente parte por parte del cuerpo, y saber qué caminos recorrimos para llegar a esa imagen, sea cualesquiera que fuera.

Si logramos ser objetivos en esta observación ( el espejo también debe ser interior, no solo lo que vemos con los ojos) comienza la etapa de aceptación. De apreciarse y QUERERSE.

Eso que vemos es lo que somos. Lo que nació y lo que fue moldeándose en la vida.

¿Qué queremos cambios? Ah, pero no imponiéndose abruptamente, violentamente los modelos que harán que seamos aceptados por una mercadotecnia de moda. No es machacándonos en un gimnasio de mentes huecas con música alienante, donde nos vamos a hacer queribles por la sociedad.

¿Qué es aceptarse? Generar una primera energía positiva hacia uno mismo. NO ODIARSE. Entender que hasta el momento de auto observarnos, de detener el flujo inconciente de nuestros latidos, la vida hizo con nosotros lo que quiso.

Que tuvimos que pasar por pruebas duras, amargas, desamores o frustraciones y traumas que nos marcaron el cuerpo y la psiquis.

La sociedad occidental ha denominado como DISMORFOBIA, al TOC ( Transtorno obsesivo compulsivo) o sea el rechazo y odio a alguna parte de nuestro cuerpo, que provoca el desequilibrio psíquico permanente y la obsesión por modificarlo.

Comunmente va asociado a la anorexia o la bulimia. Las indicaciones que se dan generalmente para tratarlo, es la ingestión de los potentes químicos tales como la fluoxetina o la paroxetina, que atan al individuo a comprar los productos de una empresa química, de por vida.
Es aquí donde interviene la palabra mágica: EQUILIBRIO.

Hay que equilibrar la vida pasada con la futura, de la forma más natural posible. Transmutar los auto-odios, auto-exigencias, hacia las energías positivas que hagan de nosotros una masa de energía positiva en movimiento.

¿Cómo? Con paciencia, y preferiblemente, un Witness, un testigo que nos acompañe en el proceso, para objetivizarnos. Pero no un gurú. Tendemos por educación, a buscar un Maestro a quien trasladar todas las responsabilidades de nuestras fallas y debilidades.

Lo difícil es ser nosotros mismos un maestro acompañado de un Witness.


Pd:perdón por la extensión.

Un beso

Carmen -

Bienvenido el Benja-personal

Días y días me pasé con mi hija adolescente delante del espejo, cada mañana, "obligándola" a repetirse como en un mantra interminable: Tengo una sonrisa preciosa, tengo una sonrisa preciosa, tengo una...
hasta que no lo necesitó.

Un día después de terminar con ella empecé yo. En mi caso no era necesidad era un deseo de expresión y, terminé a carcajada limpia delante del espejo.

Creo que me asumo, asumo el paso del tiempo incluso me gusta. Disfruto reconociéndome en mis expresiones, en los gestos, en las muestras que lo de dentro deja fuera. Llega un momento, cuando ya has vivido "algo" que esa secuencia de sucesos vitales te va construyendo (a veces deconstruyendo, vaya), por dentro y por fuera y cada vez vas trasluciendo + del interior al exterior y, sobre todo, deja de importarte.

Hay momentos en los que descubro algo que me gusta poco o + bien nada y, curiosamente siempre es de lo que no se ve pero entonces, tuerzo el gesto y es ahí donde tampoco me gusta lo que sí veo.

Chascarrillo:
Entrevista a José Coronado en televisión. Primera pregunta: -José ¿cómo es que no has querido maquillarte? -¿Maquillarme? ¿...para ocultar lo que tantos años me costó conseguir? No, gracias.

Un beso,
Carmen

CARMENCHU -

Hola Benja:

¡Mira que me reído leyendo esto¡. ¡Gracias¡

A la artista de tu post posterior a este,le paso algo similar en el programa de Operación triunfo.

Recuerdo su primer día, ya se le veía el talento innato y la personalidad propia como mujer y como letrista. ¡Me encantó ese día¡...y me molestaba que le quisieran cambiar su esencia musical, para que fuera más comercial...

La tía se resistió a ello. Tenía muy claro lo que le gustaba. Su idiosincrasia.

He estado buscando un texto de bionergética que habla de esta temática , pero creía haberlo metido a favoritos y no lo hice,¡vaya rabia¡...

El día que lo recupere volveré a este post a reírme de nuevo y a añadirlo.

Un abrazo personalizado

Paloma -

Aprovecho para mandar saludos a Kata...y a Alejandro

Paloma -

A veces en el espejo encuentro lo que siempre he querido ser y a veces lo que fui.Tal vez, a veces imagine o idealice lo que seré. No me asusta sólo quiero cuidarlo.
Hay un brillo complice en mis ojos que me observa, aún así le hago un guiño como quiendo decir ¿ Aquí seguimos, a pesar de los pesares no estamos tan mal! Veo lo irremediablemente modificado y sigue formando parte de mi ¿Será esa la esencia?¿Conecto con mis sueños algunos ya cumplidos y me gusto?¿Me siento acompañada por el más fiel testigo de mi vida?

A veces no me gusta lo que veo y no me refiero a las inminentes arrugas, aún asi sigo mirándome y como tú dices lo hago con la intención de dar lo mejor de mi misma.

Vaya post para final de curso, claro que como tú ya has terminado!
Nos vemos en las Jornadas.
Paloma

Benja -

Gracias por comentar tan pronto...

Vaya, tendré que revisar los conocimientos de mitología, porque siempre pensé que Narciso murió ahogado por querer tocar su imagen. Pero gracias por la puntualización. Y espero no morir como él.

Sí, la esencia va unida al cuerpo, pero creo que a veces se pierde y es una pena... de hecho creo que muchas veces es el contexto el que te hace perderla o tú mismo influenciado por el. EN cualquier caso. Gracias.

Alejandro -

Hola

Creo que todos somos un poco Narciso. Es un buen mito, refleja un aspecto arquetípico del ser humano.

Intesante lo que escribes sobre el proceso de envejecimiento, o de vivir al fin y al cabo. Esta cultura no lo valora así, ¿no?

Sobre lo de la esencia, ese supuesto algo que trasciende nuestro cuerpo, para mi no es tan distinto al cuerpo. Forma parte indisoluble de él, y se va alterando igualmente. Esa esencia no deja de ser para mi una interesante y sugerente ilusión, hecha a base de coherencias e inconsistencias en movimiento.

Ah... Narciso no se cayó al agua,ja... murió al no poderse separar de su imagen. Eso es otro aspecto interesante, su imagen. El reflejado no era él, sino su imagen. Quedarse obsesionado o pillado con una imagen de uno mismo (en vez de con la totalidad de lo que somos) eso es más delicado y peligroso, ¿no? Da igual que la imagen sea idealizada en positivo o negativo (al fin y al cabo una idealización, una idea).

ah... me encantó la comida de ayer, fue una serie de acontecimientos fortuitos, de interesantísimas agregaciones. Genial.

Me voy a mirarme al espejo

Un abrazo

Alejandro

Benja -

Por cierto... siento si he sido muy personal. Un abrazo.