Blogia

Aprendiendo de la enseñanza

La Semana "Fantástica" de la Intolerancia

La Semana "Fantástica" de la Intolerancia

Hace un par de semanas viví una serie de hecho que me dieron que pensar y de darme cuenta que en muchas ocasiones presumimos de ser muy tolerantes con los demás, que somos libres, que podemos ser como cada uno quiera y lo que quiera, y eso me recuerda a una frase de Mercedes Milá dijo a un concursante de Gran Hermano hace años (alguno ya sabéis que admiro muchísimo esta mujer): “por suerte vivimos en un país en lo que cada uno puede ser lo que le dé la gana”, y si no recuerdo mal se lo decía a una concursante que se estaba hormonando para llegar a ser mujer. Y fue justamente ella (la concursante) el tema de conversación que dio comienzo a la semana fantástica de la intolerancia.

Nos encontrábamos en una comida de celebración (y lo típico de los hombres nos sentábamos a un lado y las mujeres se sentaban en otro [cosa que yo odio, por cierto…]) y de pronto alguien sacó el tema de que en el programa de TV “Sálvame” estaba esta concursante de GH y Marujita Díaz y la folklórica (por llamarla de alguna manera) empezó a meterse con ella sobre su sexualidad, si era gay, si era un tío, si era o dejaba ser. Y cuando se sacó el tema alguno de los presentes empezó a decir cosas parecidas a lo que Marujita Diaz le dijo a esta chica. Yo no digo que el ser transexual sea mejor o peor, simplemente es una condición, una decisión o lo que le ha tocado a esa persona vivir, y creo que ella no pide que se le entienda, simplemente que se le respete y  por lástima de momento no lo hacen. Recuerdo a otro de los asistentes a esa comida que hizo el comentario de “yo no me acostaría con ella sabiendo que ha sido un tío, aunque ya esté operao”. En la edición del reality en el que participó hasta que salió del programa, muchos de los chicos que había en la casa andaban detrás de ella, incluso alguno se dejó “echarse una mano” por ella, pero parece que perdieron el interés cuando vieron que no era una chica “por fuera”, aunque no parecía un chico…

Ese es el primer ejemplo. Hubo un segundo, concretamente le pasó alguien a quien quiero y que fue juzgada por otros factores extrínsecos a sus propios méritos, a sus trabajo, a lo que había ofrecido a muchas personas, lo que había aportado… fue juzgada por su vida personal, por ser “la mujer de”, a partir de ahí se derrumbaron todas las cosas buenas que había hecho durante muchos años, y el ensañamiento realmente creo que dolió más a las personas que la queremos y la rodeamos. Parece que ser mujer o intentar serlo… debe ser complicado.

Pero el último ejemplo que ya pongo es el vivido cuando marchaba de camino para mi casa en las vacaciones de Semana Santa. EL día que hablábamos Santos Guerra, Alejandro y yo sobre el tener un blog y como vas más pendiente de las cosas que pasan para tener un tema sobre el que escribir, cuando escuché esto empecé a pensar en los dos ejemplos de cosas anteriores, porque estaba viendo algo que para mí estaba siendo asombroso. Os relato la escena. Un señor mayor con una chica que por la forma de hablar y su físico debía proceder del este de Europa y el señor mostraba algo de su agenda y le preguntaba que si sabía lo que ponía. La chica no entendía la letra y el señor cada vez le gritaba más, hasta que la chica dijo lo que ponía y como se equivocó el señor la espetó que no ponía eso y la chica insistía en lo que veía. Entonces el señor le dijo textualmente (porque no se me olvidará jamás): “Cuando nos bajemos le vamos a preguntar a alguien normal, de aquí lo que pone para ver quien lleva razón”. ¡¡ALGUIEN NORMAL DE AQUÍ!!

Moraleja que saco de esa semana “fantástica”: que difícil deber ser mujer, extranjera y con el sexo equivocado. Todavía estoy perplejo con el último ejemplo, todavía sigo perplejo que se toleren ciertas cosas, en un país “donde cada uno puede ser lo que quiera”, donde presumimos de ser tolerantes, de ser libres, con una mentalidad abierta… Si nadie pide entendimiento, solamente se pide respeto.

Un saludo.

Encuentro, ¡¡y va el IV!!

Encuentro, ¡¡y va el IV!!

Escribo en este momento por varios motivos, y creo que es importante que sea consciente de ellos: El primero y más importante, porque necesito hacerlo, no tengo estructurado el texto ni el contenido, simplemente dejo que mi cerebro envíe señales a mis dedos y que estos vayan a las teclas; El segundo porque no me apetece hacer un plan de actuación concreto que tengo que entregar el día 10, no me apetece nada de nada, lo cual no solamente viene motivado por el cansancio que tengo en mi cuerpo (hoy ha llegado el bajón físico); y tercero porque simplemente necesito hacerlo.

 

Ahora por necesidad, pero llevo desde ayer con necesidad de hacerlo, y creo que algunas de las mejores cosas las he escrito en caliente, con “Morfeo abrazándome” (guiño a las metáforas de estos días), a altas horas de las madrugada, como anoche que no conseguí irme a la cama hasta las 1:40. Pero me dije a mí mismo que era mejor esperar al menos 24 horas. Y aquí estoy.

 

Estos dos últimos días hemos celebrado (y no me he equivocado de verbo) el IV Encuentro de Innovación en Docencia Universitaria. Creo que he hecho de todo, subir y bajar escaleras, pasar el micrófono, atender a gente (aunque más mis chicas vestidas iguales), ayudar a ponentes, alguna que otra discusión con algún asistente, mandar, y mandar, y volver a mandar, y volver a mandar, tomar decisiones. Quizás aprender no he aprendido demasiado, pero he desarrollado aún más, cosas como la paciencia, las habilidades de comunicación oral, pero también corporal, a mí si algo no me gusta se me nota en la cara y creo que lo he superado a veces…

 

Pero hubo cosas que me sorprendieron a lo largo de estos días. Hubo un comentario que decía algo así como que se suponía que se hablaba de innovación, pero allí qué se estaba innovando si todo eran como clases magistrales, eran ponencias. Y yo intentaba buscar alguna explicación para poder rebatir, para mí mismo yo no quiero tener voz en estas cosas, y no la encontraba…Bueno encontré alguna como que Tim era muy innovador, en qué congreso, encuentro, jornadas había un taller para 150 personas, que fuera dinámico y que incitara a la reflexión, o cuando llegaron los “psicos”, cuanto me alegré de ver esa representación, “las musas habían llegado al Multidepartamental”(;D), muchas gracias chicos.

 

Pero no quiero describir el acto más (si es que lo estaba haciendo) sino describir mis vivencias en estos días. Han sido estresantes, nunca había tenido tantos nervios ante un EIDU, y mira que llevo presente en los 4, pero me superaba.  Es difícil de explicar las sensaciones porque como decía Tim ayer por la mañana, hemos llegado a un sitio, pero a lo mejor no somos conscientes de ese camino. Yo, no soy consciente de todo el camino recorrido hasta hoy. No soy consciente del EIDU. Siempre digo que soy el que menos lo disfruta, el que menos aprende (me repito), pero a lo mejor soy el más satisfecho. La verdad es que creo que la responsabilidad o el compromiso que asumí con este o estos actos es lo que me hizo estar más nervioso, aunque nunca fui consciente de ello ¿acaso se construyó? Quiero pensar en el “camino”, quiero pensar en las personas, quiero saborear ahora lo que no he saboreado. Mientras escribo esto tengo un pequeño nudo en el estómago porque ya se ha pasado, tantos preparativos para no enterarme de nada, si cuando más presente estuve conscientemente fue ayer…

 

La verdad es que como escribía sin saber qué ahora mismo no sé que más escribir, pero no se me olvida agradecer: A Leonor, por dejarme hacer un poco a mi antojo; A esas lectoras ocultas que he conocido en estos días, y yo pensando que nadie leía esto…; a Cristina, Paloma y Alejandro porque junto con Leonor, somos un equipo!!; A todos los ponentes y participantes al encuentro, porque al fin y al cabo ellos son los protagonistas y sin ellos no hay EIDU; A mis 4 chicas fantásticas: Anais, Myriam, Mónica- Katrina y Cris, habéis sido manos, piernas, cuerpos y de todo (anda que no habéis ligado con los INEFTOS)

 

En definitiva muchas gracias a tod@s.

 

Benja

P.D.: Ah por cierto, y no ha sido un simple encuentro de innovación, sino un encuentro en real de personas que solo se conocían por lo virtual, si es que Segunda Vida tiene mucho de primera....

Carta a Laura (III): La isla del clima templado donde huyó Santa Águeda

Carta a Laura (III): La isla del clima templado donde huyó Santa Águeda

Mi añorada Laura (y digo añorada porque es lo que siento ahora y lo que he sentido en mi estancia fuera).

 

Cuando llegué a aquella isla de clima templado, a pesar de las frías temperaturas de España, lo primero que pensé fue en si esa sensación climatológica llegaría hasta lo más superficial de mi corazón, hacia esa capa de hormigón gélido que el hielo ha creado en la corteza, en mis sentimientos, en mis pensamientos, en mis deseos.

 

En una ocasión ya estuve allí, solo, sin conocer a nadie, pero conocí a mucha gente y sobretodo empecé a conocerme, que para eso fui allí en un momento dado, para ver quien era, qué era lo que hacía, qué sentía, qué camino tomaba mi vida. Y por eso volví estas vacaciones. Laura, dejé de saber quien era, donde iba y qué hacia.

 

Durante mi última estancia he conocido a gente de muchos sitios (Hungría, Italia, Alemania, Rusia, Inglaterra), gente que se fue a vivir allí por un motivo, el AMOR. Ja, el amor… dónde queda el amor, mi amor hacia ti, mi amor hacia mí, mi amor hacia mis amigos, el amor que puedo repartir, el amor que derroché contigo, el amor que te regalé sin pedir nada cambio, pero me dí cuenta que llegó un momento en que lo abandone, en que inconscientemente no te daba más amor. ¿No lo has notado Laura? Pero ¿dónde está tu amor hacia mí? ¿No lo notas Laura? ¿Dónde está?

 

Pasee por sus playas de roca, subí a las ciudades medievales que los Caballeros de la Orden de San Juan crearon para divisar todos los puntos del mar, pasee, visité las Catacumbas de Santa Águeda o Santa Agatha, gran santa, que murió por no querer amar, por no querer dedicarse a otra persona y huyó. Acaso ¿moriré si no amor? ¿Si no quiero amar? ¿Seré acaso el próximo “santo”? Santa Águeda huyó del emperador que la quería como esposa, porque ella no quería casarse ni tenía vocación hacia el matrimonio (en esto creo que nos parecemos) y cuando quiso volver la martirizaron y mataron, y todo por la descubrieron y dijo que no quería amar a Quintianus, ella tenía otro tipo de amor más místico. Pero sus sentimientos estaban claros… y ¿los míos? Ya lo tengo claro Laura, ahora necesito saber si tú los tienes.

 

Un fuerte abrazo y ya estoy de vuelta al gélido invierno español.

 

Jorge

 

P.D.: Como ves sigo utilizando esto para aproximarme a tus intereses por las relaciones virtuales

Las Monjas y Monjes de Belén

Las Monjas y Monjes de Belén

Desde esta mañana que iba en el tren y miraba el Ecce Homo (creo que se escribe así) se me han venido a la cabeza unas personas de esas especiales que conoces en la vida y que es difícil de borrar de la mente. Y desde luego, ahora en la noche en que lo escribo y mirando por la ventana la nieve que hay en el jardín y la pinta que tiene que va a caer otra nevada no puedo olvidarme de esas personas.

 

Como muchos sabrán, este verano estuve en Los Alpes franceses, por la zona de Grenoble, un poquito más al sureste de Lyon. Cada verano suelo irme con un grupo de sacerdotes que organizan peregrinaciones a diferentes sitios de los denominados “marianos”, que son sitios de peregrinación donde se apareció la Virgen María. No penséis que soy de un grupo ultra-religioso ni nada por el estilo, soy católico, soy creyente y practicante, pero bueno no es nada nuevo (creo) y esto es lo de menos. El caso es que a lo largo de todos esos días pudimos visitar a un grupo de monjas y monjes que viven en plena naturaleza alpina, en un contexto maravilloso. Recuerdo de escuchar a uno de los monjes, curiosamente el padre Benjamín (leerlo con acento francés), pero no sé por qué me resulto más emotivo y me gustó más escuchar a una monjita española (véase la foto) y como nos relataba lo duro que era el invierno allí, con grandes tomos de nieve, que hacían difícil salir de sus casitas.

 

Estos monjes y monjas son, para que podáis entenderlo, de “semi-clausura”, no llegan a ser Cartujos (que son como los ermitaños, pero no viven en cuevas, sino en pequeñas casitas individuales), aunque viven en casitas individuales (y preciosas por fuera), pero hacen los oficios y celebran algunas de las festividades religiosas juntos, hacen los trabajos de la comunidad juntos, pero la relación es mínima, son como 3 horas al día, el resto lo dedican a la oración y meditación. Y a mí esto me sorprende, por mucho que conozca, que haya escuchado a monjas Clarisas, a un monje del monasterio de Leyre, a estos monjes y monjas, me sigue pareciendo admirable como abandonan toda su vida social, pública, las comodidades que tenían por entregarse a algo en lo que creen fervientemente. Recuerdo como se arrodillaban y prácticamente se tumbaban en el suelo para rezar, como nos entregaron lo mejor que podían en ese momento que era por un lado cariño, y por otro unos dulces y unos refrescos hechos por ellas, que después de 6 kilómetros, cuesta arriba y andando se agradecían, a pesar de que las temperaturas eran más bajas que en España.

 

Recuerdo como la monja gaditana nos contaba como llegó a meterse a monja, por qué sitios había pasado y como abandonó todo. Nos contó su formación y sus relaciones con su familia, por qué yo solamente pensaba si podía salir, si podía volver a ver a su gente de toda la vida y me contestó, que fue a Cádiz una sola vez y porque su padre estaba muy enfermo, que nadie se lo prohibía pero ella lo asumía así, como lo debía hacer el resto de la comunidad, me figuro yo…

 

Los ojos y los rostros de todas/os ellas/os me impresionaron por la tranquilidad, la paz, la felicidad que transmitían y por todo esto y por esa entrega creo que debía inaugurar estos post dedicados a las “Monjas y Monjes de Belén”, porque seguramente ellos tendrán unos días aún más blancos si caben.

Cambios inesperados, cambios positivos, sucesos de la vida

Desde la distancia de casi una semana y desde la pereza que me produce tener que hacer un breve informe sobre lo que le Programa de Formación del Profesorado universitario ha realizado desde su nacimiento hasta ahora, me he animado a escribir, también influido por la lectura del blog de Alejandro que siempre me suscita unas ganas de escribir… bueno solo a veces. Pero como él dice lo impersonal que es escribir un acta o un informe…

 

Últimamente me estoy enfrentando a muchos cambios en mi vida, cambios positivos, logros que están haciendo en mí pues que vea las cosas de otra manera. Estos cambios están afectando a mi vida académica, a mi vida profesional, social y de ocio, familiar, personal (quizás la penúltima podría meterse en la personal), pero como creo que a nadie le importe mi vida personal creo que es mejor centrarme en algunas cosas que son más “públicas”.

 

Por un lado el teatro, y mirad que no me gustaba mucho la obra, que era el año que menos ganas tenía de hacerla y que iba a ser la última obra que iba a representar (esto último lo más probable que sea cierto). La verdad es que creo que es innato que me gusta más el escenario que a “un tonto un lápiz”, me siento a gusto, me gusta sentir ese “subidón” que produce saber que tienes a 100 personas delante de ti mirándote, disfrutando contigo o aborreciéndote, aunque la verdad es que me olvido de que la gente está ahí, aunque a veces juego a buscar a la gente que sé que ha venido a vernos. El teatro es una de mis mayores aficiones, me encanta, lo reconozco disfruto muchísimo. Quizás por eso me cueste tanto y tanto tiempo desprenderme de los personajes que suelo representar, porque les acabo cogiendo cariño, quizás porque se comporten como yo quiero, al fin y al cabo yo soy el que maneja su comportamiento… esto suena fatal y  quizás lo interpretéis así, pero no es lo que parece, es difícil de describir. Por cierto muy pronto Jorge escribirá su próxima carta a Laura, no penséis que se ha olvidado de ella, es que todo tiene su ritmo y Jorge necesitaba reflexionar y ver las cosas en frío.

 

Ah Gloria, te debo una por lo que dijiste en el blog de Alejandro sobre el teatro, gracias a ti que me pusiste las cosas muy fáciles para poder gritarte e interactuar con Laura. Paloma gracias por tus ánimos continuos en el teatro y en las innombrables. También a Susana por hacer el esfuerzo de tenerla que empujar a actuar y que se tomara la obra con más broma (y tan en broma que te la tomaste jodía!!). Y a Alejandro… pero no le digo nada más.

 

En relación al teatro, creo que me gusta hablar en público, aunque tengo un pánico escénico que se me quita en seguida, pero me gusta. Y en relación a esto y a que me olvido que hay gente mirándome y escuchándome, fue la sensación que tuve el pasado viernes en mi Examen de Suficiencia Investigadora. Creo que a pesar de saber que había gente en el público, gente muy querida, gente conocida, gente desconocida, compañeros que se enfrentaban a lo mismo, solamente me di cuenta que había 3 personas que necesitaban una explicación, que era el tribunal. La primera diapositiva (título y demás) estaba desquiciado, una vez pasada la génesis de la investigación me relajé y debo decirlo, aunque suene un poco pedante o prepotente, me lo pasé bien, me gustó, fue como cuando uno hace teatro (que me dijo Ángel Lázaro) pero con la ventaja que no estaba representando un papel con el que no estuviera de acuerdo, sino que lo que estaba ahí era mío y que lo defendía como un león a su cría (bueno esto es un poco exagerado), es decir me sentí cómodo, relajado. Alguno que estuvo presente pensaría que estaba representando una faceta del Benja “super- formal”, pero fue como me salió, aunque ya iba condicionado desde que me nombraron como el “Ldo. Castro Martín”. 

 

La ronda de preguntas fue lo más llamativo para mí por dos motivos:

1.- Estaba relajadísimo, no me temblaba ni el pulso.

2.- De la relajación que tenía me costaba mantener la atención en algunas intervenciones, quizás de ahí que no me enterara de todo el discurso y de alguna pregunta.

 

En definitiva el proceso fue maravilloso, me encantó escribir el trabajo (ojala hubiera tenido más tiempo) y la defensa no fue para tanto. (Ya dedicaré un blog completo a este punto).

 

Hace un par de semanas estuve (durante el puente) en un sitio especial, en un sitio incomunicado hasta el punto de apagar el teléfono y encenderlo para usarlo como despertador. Fue un sitio especial (cuyo nombre no voy a decir) porque me propusieron, por decirlo de una manera metafórica, que viera una película, pero no cualquiera, sino la película que llevaba el siguiente nombre "MI VIDA". Ufff y que película, parecía que tenía que verla en una noche y tarde 3 días, pero me vino tan bien... Me hizo ver muchas cosas de otra manera, ver la suerte que tenía por tener muchas cosas que no valoraba, que infravaloraba, mi relación personal con un persona, con mi familia, con mis amigos, los sucesos de mi vida... Ufff es dificil de explicar, pero le dedicaré un blog un poco más adelante, cuyas dedicatorias ya tengo en cabeza.

 

Y creo que hasta aquí puedo escribir o debo hacerlo… Solo que me hubiera gustado que en las dos cosas estuvieran presentes personas que tuve en mi cabeza, pero no pudieron acudir, como por ejemplo ese/esa ser misterioso/a que ha firmado como CH en algún comentario (qué pronto te pillé) y decirte que muchas gracias por tu presencia y sin que sirva de precedente te mando un beso. (Creo que a partir de ahora haré referencias a personas y les dedicaré entradas…)

 

Un abrazo para tod@s, ah si!!! Y lo que se dicen en estas fechas: ¡Felices Fiestas!

 

Benja

Carta a Laura (II): Sufriendo los sentimientos

Carta a Laura (II): Sufriendo los sentimientos

Laura:

 

No puedo empezar con un calificativo, solamente intentando pronunciar tu nombre, no sin que me suba un escalofrío por la espalda.

Veo que sigues escribiendo en un blog, de una manera virtual y que sigues obcecada en este medio, que sabes que a mí me cuesta admitir como herramienta de comunicación, pero como siempre he hecho en estos últimos meses… lo respeto y te escribo a través de esto para que puedas leerme.

Tu carta me ha conmocionado, pero me ha dejado frío, creo que las personas cuando sufrimos un desencuentro amoroso pasamos por momento de hundimiento, de esplendor, de ser los más fuertes o de derrumbarnos ante la puta realidad. A mí simplemente me ha dejado impasible, como si fuera una persona sin sentimientos, quizás por lo ambiguos que son los tuyos en esa carta.

Efectivamente Laura, tiempo al tiempo, y tiempo para pensar, para repensar, para reflexionar sobre todo esto que me viene tan grande, que quizás yo mismo no he sabido afrontar de una manera madura, pero por eso me siento como un idiota, como un idiota porque he hecho que mi cuerpo, mi cerebro, mi personalidad se convirtiera en un mapa donde he marcado mis puntos débiles. Joder Laura, ¡¡qué me faltaba poner carteles luminosos para que los vieras y no fueras hacia ellos!!

Quizás proyecté hacia ti un “avatar” perfecto para mí, en el que encajaban las manos, los labios en los besos, los cuerpos en los abrazos, los corazones en los sentimientos y no he sabido ver que no eras tan perfecta como yo te imaginaba, quizás esperaba una Nada o como se llame ese muñeco que dices que es una parte de ti.

Yo de momento seguiré con mi duelo interno, afrontando mis sentimientos, porque realmente creo que debo sufrir para poder madurar y evolucionar como persona y encallecer mi corazón para seguir viviendo, pero en mi realidad Laura, mi realidad en la que de momento no estás ni volverás, ni siquiera como amiga. El tiempo, como tú misma dices, ya lo dirá.

 

(No puedo enviarte ningún símbolo afectivo como un beso o un abrazo, por estoy frío como el día en el que te escribo esta carta).

 

Jorge

Carta a Laura: lo que no entendí, pero respeté

Carta a Laura: lo que no entendí, pero respeté

Hola Laura:

 

Siento la frialdad del comienzo de esta carta, pero lo que nos ocurrió el otro día no tiene nombre para mí, solamente una serie de sentimientos que me impiden ser más cercano, más cariñoso, más cálido. Pero para colmo encuentro un blog en el que hablas sobre la cosa esa a la que juega Ramón, juega Cesar y juegas tú, pero en la que hablas sobre mí y nuestra relación. Ya era lo último que me faltaba, pero parece ser que mediante el Internet me leerás y quizás hasta puedas escuchar mi voz en tu cabeza.

Recuerdo lo feliz que era cuando discutíamos, pero discutíamos porque somos diferentes y al ser diferentes nos atraemos, es una ley de física, “los polos opuestos se atraen” el problema es cuando es complementariedad se rompe por un factor intermedio, como tú has puesto entre nosotros y es el “Second life”.

Laura, he intentado respetar sin comprender, esa es mi realidad, no he entendido nunca lo que hacías, pero lo respetaba, no entendía que vinieras a la cama junto conmigo y te quedaras delante del ordenador “explorando” ese mundo nuevo, pero lo respetaba, no entendía que era lo que ten enganchaba a chatear con otro tíos que solo buscaban sexo, pero lo intenté respetar. Pero Laura ¿dónde quedaba tu respeto hacia mí?, ¿y hacia nuestra relación?, ¿y hacia nuestra convivencia?, ¿y hacia nuestra evolución como pareja?

No puedo entender los sentimientos que te puede generar alguien a quien no ves, alguien que posiblemente te esté engañando con una imagen que no es la real, pero tú te olvidaste de los sentimientos de tu compañero de los dos últimos años. Laura ¿dónde estaba yo?, ¿acaso estaba viviendo en un mundo irreal?, ¿qué nos ha pasado Laura?, ¿qué te ha pasado Laura?

La noche que no quiero recordar, la noche que me marché de casa, solamente pude llorar, pensé que me volvería loco sin ti, pero cada vez que recordaba la escena, tu frialdad en las palabras, tu absorción de tu tesis y el jueguecito de los cojones, me di cuenta que esto era el final. Pensé en un momento cuando me sujetabas para que no me vistiera y me fuera, y pensé que realmente decías la verdad, pero para ti la verdad es la misma que la de Ramón y es esa segunda vida.

Laura, yo era feliz en la primera y me gustaría seguir en esta, porque he sido tan feliz, aunque ahora sin ti no lo vaya ser, pero lo intentaré de nuevo, pero sin ti.

Yo prefiero sentir un cuerpo sobre mí o debajo de mí, prefiero sentir unos labios pegados a los míos, ser realmente correspondido, que no todo sea imaginación, quiero ser abrazado de verdad, quiero ser amado en presente, frente a una persona que tengo delante, poder mirar a unos ojos de verdad, no a través de un cristal o una pantalla.

Así te quise a ti. Quizás lo respetaste, pero el otro día no lo entendiste.

Mi último beso hacia ti, Laura.

 

Jorge

El comienzo del principio

Hola a tod@s los que leeis el blog.

Aquí os pongo la introducción de mi trabajo de investigación tutelado, lo pongo porque era algo que quería compartir y aquí está. Un abrazo.

INTRODUCCIÓN

 

Me resulta muy curioso que una de las últimas cosas que escribo sea el principio del trabajo. A pocos días de presentar este trabajo de investigación me siento delante del ordenador para reordenar algunas ideas y recuerdos de un proceso, de una evolución, pero no solamente en los participantes de esta investigación, sino hacia mí mismo como investigador. Este trabajo supone el primero en el que yo he sido el que he decidido, el que ha estado ejerciendo de observador, de lector, de selector de información. Ha sido un proceso tranquilo, porque he conseguido ir a mi ritmo, pero inquieto, por el cambio de rol que ha supuesto para mí. Hace unos años  fui uno de los participantes en un proyecto de tesis de investigación - acción  - innovación llevada a cabo en la Facultad de Documentación de la Universidad de Alcalá, y ahora soy yo el que se inicia en la  investigación y otros los que ocupan el lugar que tenía.

Al principio tuve miedo, incertidumbres, resistencias, pero poco a poco eso fue pasando y atravesé una transición a mí ritmo, una conciliación con el nuevo papel que me tocaba asumir.

Dentro del grupo de participantes opté por asumir un rol de observador participante y no participante, me daba miedo que las relaciones que pudiera establecer me influyeran de cara a analizar los resultados o de leer los comentarios. Yo no sabía si podía participar dentro del grupo, no sabía si podía hablar, no sabía si podía ayudar. Aquí tenía miedo a mi posible subjetividad. Pero las personas somos seres sociales innatamente, por lo que las relaciones no se pueden obviar o evitar a lo largo de 9 meses, así es que paré reflexioné y probé, y vi que podía enriquecerme mucho más en las distancias cortas y no en las largas que yo mismo establecía. Empezaron a surgir relaciones horizontales.

Este primer proceso comienza a finalizarse, pero solamente para convertirse en un punto y aparte, pero seguido. Ya que después de haber realizado la investigación y haber plasmado aquí los resultados y conclusiones a las que he llegado, veo que todavía queda mucho camino por recorrer y muchas cosas por en el tema de la evaluación formativa. Este es simplemente el principio.

Benja